--> LA INTEGRACI0N DE LA MUJER EN EL DESARROLLO ECONMICO Y SOCIAL DE AMERICA LATINA Y EL CARIBE

Adelys Olivares

Adelys Olivares
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LA INTEGRACI0N DE LA MUJER EN EL DESARROLLO ECONMICO Y SOCIAL DE AMERICA LATINA Y EL CARIBE

JOSEFINA BATISTA



Como bien se sabe, la discriminacin sistemtica contra la mujer no lo hizo de ella la vctima principal de una pobreza en expansin, sino tambin suscit actitudes malsanos en el hombre. Por el hecho que a la mujer se le niega educacin y capacitacin tcnica, que ella est restringida por la familia el trabajo y las estructuras sociales que favorecen al hombre y que adems se la excluye del proceso de la toma de decisiones a todo nivel, ella frecuentemente tiene que trabajar en el sector no-formal de la economa como comerciante y vendedora ambulante de comida, sin proteccin de la legislacin y sin beneficiar de las mejoras generales de las condiciones laborales mientras tanto, el hombre desarrolla actitudes de superioridad y hbitos de opresin que lleva de la familia al lugar de trabajo, a la vida poltica y, en ltima instancia, a las relaciones internacionales. 
Estudios llevados a cabo durante la Dcada de las Naciones Unidas para la Mujer han mostrado, sin embargo, que la integracin de la mujer en los proyectos de desarrollo ya existentes no mejora necesariamente sus condiciones de vida. Si los proyectos en s no toman en cuenta las necesidades reales de la mujer, su participacin no puede ser de mucha ayuda. Desde luego, las soluciones efectivas a problemas locales, puesto que requieren a menudo recursos de gobiernos y de agencies externas, tienen que ser generadas en consulta con aquellos a quienes se espera servir - hombres y mujeres. La mujer, por lo tanto, no tiene que ser incluida slo como ejecutante y beneficiaria de los proyectos de desarrollo, sino tambin como autora y planificadora. 
Como verdaderos asociados, la mujer y el hombre tendran que identificar juntas las necesidades de la comunidad y responder creativamente con soluciones apropiadas. Un proceso de desarrollo social y econmico promovera no slo el bienestar material sino tambin el bienestar espiritual de la comunidad. Del punto de vista de la Comunidad Internacional Bahá'í, la mujer puede contribuir a la solucin de problemas con cualidades especiales, de valor particular en la planificacin econmica, e incluso con aquellas cualidades que incrementan sus capacidades de creadora de paz y con la sabidura derivada de su conocimiento de asuntos sociales fundamentales como los domsticos y otros. Este enfoque humano de mayor integracin tomara, por supuesto, en consideracin el papel crucial que desempea la mujer como madre, educadora, nutricionista, promotora de salud y proveedora de apoyo emocional para toda la familia. 
La importancia de la educacin no se puede enfatizar demasiado. La educacin de las mujeres de todas las edades es particularmente importante, porque es uno de los medios mas eficientes de difundir el beneficio del conocimiento en todos los niveles de la sociedad, ya que la mujer es la primera educadora de los nios. Ms an, la educacin eleva la condicin de la mujer, permitindole participar ms en los asuntos de la comunidad. Finalmente, el desarrollo de sus talentos y habilidades capacitar a la mujer para contribuir con su percepcin y sensibilidad especiales a todas las esferas de actividades humanas. 
La mejora de la condicin de la mujer tambin requerir un cambio de las actitudes del hombre. Este cambio de actitud tiene que ser una de las metas de la educacin. Los nios y las nias deben criarse con el principio de la igualdad de los sexos, y tienen que aprender desde muy jvenes a desarrollar sus capacidades de cooperar. Los medios de comunicacin pueden ayudar a promover actitudes de igualdad y presentar modelos de roles positivos para tanto el hombre como la mujer. El teatro popular, los tteres y otras estrategias creativas pueden involucrar a la comunidad en foros abiertos en los cuales se examinaran y cambiaran aquellas actitudes que no promuevan la salud y el bienestar de la sociedad. 
La Comunidad Internacional Bahá'í cree que el bienestar de la humanidad, la realizacin del desarrollo social y econmico y el establecimiento de la paz mundial requieren el reconocimiento de la igualdad del hombre y la mujer como un principio espiritual y, por consiguiente, de la participacin de la mujer con el hombre en todas las esferas de actividades humanas. Miles de comunidades locales Bahá'ís en Amrica Latina y el Caribe estn involucrados en este proceso de integracin del hombre y de la mujer en todos los aspectos de la vida comunitaria y en la toma de decisiones. Quisiramos compartir con Ustedes algunos de los puntos de nuestra propia experiencia que nos parecen valiosos. 


  1. En las comunidades Bahá'ís, tanto el hombre como la mujer, como acto de FE, estn comprometidos en la implementacin del principio de igualdad. Ambos se ocupan en desarrollar actitudes apropiadas a la condicin de igualdad de la mujer. De hecho, el hombre, por su pertenencia a una comunidad Bahá'í, est aprendiendo por experiencia que cuando la mujer est integrada del todo en la vida comunitaria, todos se benefician.
  2. Desde el inicio de la comunidad Bahá'í, la mujer se involucr en el procedimiento electoral de las instituciones de dicha comunidad. Las asambleas locales elegidas que guan los asuntos de la comunidad Bahá'í han contribuido mucho a fomentar la participacin de la mujer y a nutrir el respeto por los diversos puntos de vista. Estas organizaciones de base involucran a la comunidad en la identificacin de sus necesidades, en la elaboracin de planes, y en la realizacin de los mismos. Entre sus inquietudes estn la educacin de los nios y la implementacin de proyectos de servicio que benefician a toda la comunidad. En el mundo entero, se est eligiendo cada vez ms a mujeres Bahá'ís en estas asambleas locales, de tal modo que ellas ejercen responsabilidades en calidad de miembros y ganan as experiencia en la toma de decisiones.
  3. La participacin regular del hombre y la mujer Bahá'ís en el procedimiento de la consulta los acostumbra a todos a solucionar problemas en colaboracin. La consulta requiere que cada persona brinde sus puntos de vista libremente al grupo, en bsqueda de una respuesta que provea el bienestar de la comunidad en su conjunto. Sin embargo, una vez que estos puntos de vista se han dada, no pertenecen ms a la persona quien los ha dada, sino que estn considerados como propiedad del grupo. La decisin a la cual se llega por este procedimiento queda, asimismo, aceptada como el producto del grupo y no de algn individuo en particular.
  4. Un paso hacia una mayor participacin de la mujer ha sido la formacin de grupos consultivos de mujeres. En estos grupos, las mujeres, quienes estaban a menudo aisladas unas de otras, pueden compartir sus experiencias, practicar la consulta, darse nimo y elaborar planes. Esta experiencia las prepara para el servicio en las asambleas locales eligidas y las anima a expresar sus puntos de vista. Estos grupos tambin constituyen un lugar para la alfabetizacin, el crecimiento espiritual e intelectual y para la difusin de informaciones sobre la salud, la nutricin, el cuidado de los nios y otras informaciones prcticas.
  5. El incentivo de la comunidad es esencial. Los planes ideados por estos grupos consultivos se someten a la asamblea elegida que va a consultar, aprobar y hacer recomendaciones subsecuentes a la comunidad que los va a llevar a cabo. El desarrollo del espritu comunitario en apoyo a sus iniciativas, les da a las mujeres el coraje necesario y crea el ambiente moral y psicolgico posibilitando un cambio dinmico y armonioso, lo cual es la meta de todo proyecto de desarrollo Bahá'í.

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